Una estrella que brilla en el cielo, anuncia al mundo que ya es Navidad. Nuestros mejores deseos en estas fiestas para usted y sus seres queridos.
Un sincero saludo de Feliz Navidad, a todos aquellos a los que les gusta dormir, pero se despiertan de buen humor. A los que todavía saludan con un beso, a los que trabajan y se divierten más. A cualquier persona que llega tarde, pero no busca excusas para que se apague el monitor durante un chat. A los que felizmente regalan su amistad. A los que
tienen el entusiasmo de un niño, pero los pensamientos de un hombre que no va a esperar la Navidad para estar mejor.
Han sido tiempos difíciles. Cada uno de nosotrosha vivido muchas emociones y penas, así comopérdidas de toda índole y frustraciones.
La pandemia, de forma abrupta y dramática, nos ha cambiado la vida, las relaciones familiares, laborales y sociales. Lo hizo sin previo aviso y nos convertimos todos, rápidamente, en aprendices del complejo oficio de vivir junto al Covid 19. Con todo, aunque las formas de celebrar
cambien, nadie nos puede arrebatar la alegre
certeza de sabernos profundamente amados por Dios. En efecto, cada año volvemos a celebrar el regalo más grande anunciado por el Ángel a los pastores: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor”. (Lc 2,10-11).
Es el mismo Dios, Jesucristo, que con su
encarnación en la Virgen María, por obra y gracia del Espíritu santo, y su nacimiento, habita en medio de nosotros ¡Y para siempre!
Dios quiera que, mirando a Jesucristo esta
Navidad, podamos comprender la grandeza de nuestra vida y la infinita dignidad de cada ser humano.
Dios quiera que mirándolo a Él, podamos
descubrir qué es lo realmente importante en la vida, y qué no lo es. Pidámosle a Dios que nos regale con su venida la suficiente sabiduría para comprender que las personas son más importantes que las cosas, que los bienes y nuestro ser están al servicio de los demás, y que trabajar para lograr una comunidad más fraterna y justa es la manera de imitar a Jesucristo.
Dios permita que esta Navidad el Señor nos
colme del don de la humildad, de la verdadera alegría y de la capacidad de ver en todos los acontecimientos la mano providente, poderosa y misericordiosa de Dios. Que nada ni nadie nos impida admirarnos de supresencia en nuestras vidas y vivir con fe, esperanza y caridad cada segundo de nuestrafrágil existencia.
A pesar de todo lo doloroso que ha significado esta pandemia, no olvidemos que Cristo el Señor está con nosotros y que, por lo mismo, nada hemos de temer.
Con esta confianza, en esta Navidad, pidamos la gracia de que siempre haya un himno de alabanza en nuestro corazón, en nuestra boca, en nuestra familia y comunidad, así podamos ser un regalo para los demás
Pido que bajo el amparo de la Virgen María, Dios los bendiga y los cuide, que su manto demisericordia los abrigue y su ternura les sane todas sus heridas.
-DESPENSA GABRIEL-
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